DESPERTARES
ARGENTINA
Habíamos sugerido que si se controlaba cada voto la posibilidad de llegar al ballotage eran reales. Pero finalmente y contra todos las estimaciones de las cada vez menos creíbles encuestadoras el resultado arrojó un auspicioso futuro hacia la finalización del populismo recalcitrante, afiebrado de poder y con ideologías pasadas de moda por los fracasos históricos, el último Cuba, sin ir mucho mas para atrás.
Pero para la segunda vuelta faltan veintisiete días, una eternidad en términos de mercados y de reservas del Banco Central. Una país que se congelará por cuatro semanas adicionales y que, solo el calor de las encuestas y los gestos que realicen los candidatos moverán las distintas variables económicas.
De corto, la volatilidad será nuevamente la protagonista. Nada ha cambiado, solo una expectativa que al desastre lo ataque un equipo con prestigio, "calle" y un plan integral. Pero nada será fácil.
La cámara de diputados será un escollo, pero antes, este 28 de Octubre, leyes de emergencia económica, impuesto al cheque entre otras serán tratadas por el actual Congreso.
Y debemos sumarle que desde New York el Juez Griesa tratará el tema Hold Outs. Y que la semana pasada pese a que pasó desapercibido por la ansiedad electoral no llegaron buenas nuevas al respecto.
El tipo de cambio amanece tranquilo, los compradores aprovechan la oferta y en los bonos brilla por su ausencia el ANSES.
El envión de Cambiemos y la crisis política dentro del oficialismo aumentan las chances de triunfo de Mauricio Macri. Pero es muy temprano aún. Sabemos que el kirchnerismo suele doblar la apuesta y tomar decisiones sin medir consecuencias para el país. La estrategia por ahora la desconocemos, pero no se van a quedar mirando, nunca lo hicieron.
En este sitio hablamos de plata, y si se trata de resguardar y hacer crecer sus ahorros, es el tiempo entonces de esperar y ver, y a medida que avancen los días quizá se precipite el momento de invertir de renta variable, por ahora si Ud. lector esta posicionado en moneda dura, mal que nos pese, el sentido común indica no innovar.
