Había una vez, en un lejano país dos personajes que el destino quiso que se encontraran, estos eran Doña Vaca y Don Mervalito,
Y casi sin querer se dio esta conversación entre ellos:
Don Mervalito: Hola Dona Vaca, como anda ?
Doña Vaca: y...acá pastando, cada vez mas solito, y Ud.
Don Mervalito: y también, lateralizando, tambien un poco solo...
Doña Vaca y Don Mervalito pensaban en silencio: que nos pasó???
Doña Vaca se animó a sacar la conversación, que nos pasó Don M? Yo estaba bien, contenta llena de amigas, eramos como cincuenta millones, le dábamos alegría a la gente, los domingos el humito salia por todo el país, pero ahora, cada vez somos menos, se volvieron locos, nos empezaron matar, después fueron por nuestros hijos y ahora quedamos muy pocas para demasiada gente. Y desde el exterior nos cuentan que nos reemplazaron por otras, una humillación para nuestra historia.
Nuestros hermanas brasileras de 40 millones que pastaban pasaron a 150 millones, y ahora ellas recorren el mundo.
Don Mervalito: y bueno Doña Vaca, a mi me pasa algo parecido. Yo tenía muchos amigas, se peleaban entre ellas para estar conmigo, imagínese yo soy la Líder de las Líderes y sin embargo, ellos también se confundieron, se dejaron llevar por la euforia, no me cuidaron, cada vez menos gente quiere sumarse al grupo y justamente se llevan sus cosas afuera, al exterior.
Y finalmente Doña Vaca y Don Mervalito, luego de conversar y pensar llegaron a una conclusión y se quedaron con un mensaje optimista.
La conclusión: lo urgente cuando de políticas de estado se trata nunca debe desplazar a lo importante, y lo importante para un país es sembrar presente para cosechar futuro.
Y el mensaje de optimismo es que como Doña Vaca, dentro de tres años nuevas vacas nacerán , nuevos rumbos tomarán algunas decisiones y políticas y podremos comenzar de nuevo, habiendo aprendido de los errores.
