abril 08, 2024

UN EXPERIMENTO LLAMADO MILEI

Tras 120 días de gestión, el gobierno enfrenta una encrucijada marcada por la falta de avances legislativos, la persistente oposición y un ajuste económico que ha golpeado duramente a la población. A pesar del tremendo ajuste que ha resultado en el aumento de prepagas, colegios y servicios, así como una inflación creciente, la imagen positiva del gobierno se mantiene en un 50%, reflejando el respaldo parcial de la población.

Sin embargo, esta aprobación no se traduce en éxito legislativo, ya que hasta el momento no se ha logrado aprobar una sola ley en el Congreso. Esta parálisis legislativa se suma al brutal licuado de salarios y jubilaciones, exacerbando la difícil situación económica de la mayoría de los argentinos.

El experimento político encarnado por una figura como Milei, que en apenas dos años ha escalado hasta la presidencia, refleja más un hartazgo generalizado que un respaldo sólido a sus políticas. A pesar de sus promesas iniciales de implementar la famosa escuela austriaca, el gobierno se ha visto obligado a adoptar medidas ortodoxas, buscando reducir los gastos en un 5% del PBI, una tarea sin precedentes en la historia económica mundial.

La economía real agoniza mientras el mercado financiero celebra, evidenciando una brecha cada vez mayor entre ambos sectores. La falta de inversión y la caída de la capacidad productiva hacen que el rebote económico sea una perspectiva lejana. Con el 50% de la capacidad instalada en la mayoría de las empresas, la inversión se ve obstaculizada por la necesidad de mantener gastos corrientes.

 En este contexto, es urgente un cambio de política monetaria y cambiaria que permita detener la caída libre de la economía. La situación en otros países, como Chile, muestra cómo el aumento del transporte puede llevar a una caída estrepitosa en la imagen de un gobierno. Es necesario actuar con determinación para evitar que Argentina siga por el mismo camino.

En resumen, el gobierno enfrenta desafíos enormes que requieren respuestas audaces y efectivas. Es hora de abandonar las políticas ortodoxas que han demostrado su ineficacia y adoptar medidas más dinámicas y proactivas. Solo así podremos detener la crisis económica y construir un futuro más próspero para todos los argentinos, aunque se corra el riesgo que pueda salir mal, la excesiva cautela colisiona contra el tiempo que no para y el desencanto puede aparecer de la noche a la mañana.

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