diciembre 23, 2024

"Un Año de Contrastes: Avances, Tensiones y Grandes Interrogantes"

El primer año del gobierno de Javier Milei presenta un balance positivo, aunque no exento de luces y sombras. En el plano social, uno de los logros más destacados ha sido la eliminación de los piquetes, resultado de un exponencial aumento en las Asignaciones Universales por Hijo (AUH) y la eliminación de intermediarios en su distribución. Esta medida no solo garantizó una paz social notable, sino que también marcó un cambio de paradigma en la relación entre el Estado y los sectores más vulnerables.

En el ámbito económico, la desregulación avanza de manera lenta pero sostenida, con la promesa de rendir frutos a mediano plazo. Sin embargo, el gobierno enfrenta una encrucijada: construir reputación macroeconómica o fortalecer su base política. Este dilema se manifiesta en la estrategia de mantener la inflación en descenso a costa de retrasar el dólar, una decisión riesgosa en un contexto global donde las monedas emergentes enfrentan presiones devaluatorias. A pesar de estos desafíos, el equilibrio fiscal se logró gracias a ajustes en áreas clave como las jubilaciones, los salarios, las transferencias a las provincias y la obra pública.

No obstante, también hay áreas oscuras. La insistencia del gobierno en designar a Lijo y García Mansilla en la Corte Suprema por decreto ha generado cuestionamientos sobre el respeto a las instituciones democráticas. Asimismo, la intolerancia hacia la crítica, sea o no constructiva, envía una señal preocupante. El estilo de gobernar parece no admitir matices: es blanco o negro, amigo o enemigo, incluso con quienes hasta hace poco formaban parte de su círculo cercano.

El horizonte 2025 trae consigo nuevos desafíos, con las elecciones de medio término como un factor determinante en la agenda política. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y las posibles ventajas de la buena relación de Milei con Donald Trump serán elementos clave en este escenario. Mientras tanto, grandes interrogantes persisten en torno a la economía real, la producción y el empleo, áreas que requieren atención prioritaria.

En síntesis, el balance del primer año de gobierno es positivo dentro de un contexto condicionado por la herencia recibida. Sin embargo, el camino por delante está plagado de retos. Le deseamos éxito a la gestión, pero el país sigue esperando respuestas concretas en términos de desarrollo sostenible y bienestar para todos.

diciembre 16, 2024

La Fragilidad Cambiaria del Peso Argentino: Realidad o Ilusión?

El tipo de cambio real ajustado por inflación minorista refleja una marcada apreciación del peso argentino durante 2024, estableciendo niveles históricos de encarecimiento frente al dólar estadounidense (-55%/-59%) y el real brasileño (-65%) con los valores actuales del tipo de cambio nominal. Estos registros superan ampliamente los máximos anteriores de abril, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la situación cambiaria en el mediano plazo.

Desde el inicio de la actual administración, la evolución del tipo de cambio nominal ha seguido una trayectoria temporal con forma de “M” asimétrica. Este patrón responde a una combinación de políticas monetarias y fiscales que se han implementado en tres etapas diferenciadas, impactando de manera desigual en las variables clave de la economía. Durante la primera etapa (enero-abril), una política monetaria altamente contractiva redujo drásticamente los agregados monetarios en términos reales frente a una inflación acumulada del 106,9%. Este ajuste provocó un colapso en la disponibilidad de pesos, lo que redujo tanto la demanda de dólares como la actividad económica.

En la segunda etapa (mayo-julio), el Banco Central adoptó una postura expansiva que incrementó significativamente la base monetaria y otros indicadores monetarios en términos reales. Esto favoreció el desarme de plazos fijos, la acumulación de efectivo y la compra de dólares en los mercados paralelos, generando una ampliación de la brecha cambiaria.

La tercera etapa (agosto-diciembre) se caracteriza por una política monetaria neutral, con la base monetaria creciendo al mismo ritmo que la inflación. Sin embargo, el crédito al sector privado y los depósitos a plazo han crecido notablemente, lo que representa un riesgo latente para la estabilidad cambiaria y la desinflación futura. Aunque el tipo de cambio paralelo ha permanecido relativamente estable en esta fase, el aumento de los pesos disponibles podría derivar en una presión sobre el dólar si los ahorristas deciden trasladar sus tenencias de pesos hacia el mercado cambiario.

Además, factores transitorios han contribuido a la oferta de divisas, como el desahorro de los agentes económicos, las moratorias y blanqueos fiscales, y la venta de dólares para cubrir gastos corrientes. Sin embargo, estos mecanismos tienen un carácter limitado en el tiempo, lo que genera dudas sobre su capacidad para sostener el actual equilibrio cambiario. En este contexto, el gobierno busca atraer financiamiento externo e inversiones extranjeras para compensar la reducción de la oferta transitoria de dólares.

El principal riesgo es que la demanda de dólares crezca antes y más rápidamente que la oferta, lo que podría desencadenar un salto cambiario y un repunte inflacionario. La emisión monetaria, tanto por parte del Banco Central como de los bancos privados a través del crédito, exacerba este riesgo. Aunque la actual estabilidad cambiaria ha sido celebrada, su fragilidad estructural queda evidenciada por la continuidad del cepo cambiario y la desconfianza generalizada hacia el peso como reserva de valor.

En conclusión, el escenario cambiario actual se sostiene sobre pilares frágiles y transitorios. La apreciación del peso, lejos de ser un fenómeno estructural, está condicionada por factores coyunturales que podrían revertirse rápidamente, generando desequilibrios en el mercado cambiario y una nueva aceleración inflacionaria. Un ajuste coordinado de políticas fiscales, monetarias y cambiarias es imprescindible para evitar que el actual “downshooting” cambiario se convierta en una fuente de inestabilidad económica en el futuro cercano.

diciembre 09, 2024

Argentina: Radiografía de la Economía tras 11 Meses de Gestión

A casi un año del inicio de la presidencia de Javier Milei, los indicadores económicos presentan un panorama complejo, marcado por avances marginales, persistentes desafíos estructurales y un escenario internacional poco favorable. En este contexto, el gobierno enfrenta una delicada encrucijada entre implementar reformas que sostengan el programa económico y gestionar la presión de una economía que parece atrapada en un ciclo de recuperación débil y vulnerable.

Una Economía Atada a Factores Externos

El desempeño de la economía argentina no se puede aislar del entorno global. La desaceleración en el crecimiento de las principales economías, como Estados Unidos, China y la Unión Europea, limita la tracción de los mercados internacionales. Esto, combinado con la caída de los precios de los commodities y tasas de interés internacionales persistentemente altas, deja a Argentina con un margen de maniobra restringido. La depreciación de monedas emergentes, incluida la brasileña, añade presión sobre la estabilidad cambiaria y la desinflación, pilares fundamentales de la estrategia oficial.

Los Desafíos del Modelo Cambiario y el Riesgo País

El tipo de cambio paralelo ha mostrado una relativa estabilidad reciente, atribuida más a factores transitorios que a fundamentos sólidos. Sin embargo, el riesgo país sigue siendo elevado, lo que encarece el financiamiento externo y complica la renovación de vencimientos de deuda. La expectativa de apertura del cepo cambiario se enfrenta a las limitaciones de reservas y al temor de repetir errores pasados, como los experimentados durante el gobierno de Mauricio Macri.

Consumo, Inversión y Sector Productivo: Tres Talones de Aquiles

El consumo masivo continúa en niveles históricamente bajos, afectado por la erosión del poder adquisitivo y el impacto de las tarifas en los ingresos familiares. Si bien hubo un repunte puntual en algunos indicadores de consumo en octubre, el contexto general sigue siendo de contracción. En el ámbito de la inversión, los números son desalentadores: la caída en la construcción y en bienes de capital refleja la incertidumbre macroeconómica y la falta de incentivos para proyectos de largo plazo.

Por su parte, la industria manufacturera muestra signos de recuperación, aunque débiles y desiguales. Sectores vinculados a la construcción, como la industria PYME, continúan en retroceso debido a costos elevados y problemas de ventas. El desempeño de la actividad industrial recuerda los ciclos de breve auge seguidos de estancamiento que han caracterizado la última década.

Ajuste Fiscal: ¿Sustentabilidad o Ilusión Contable?

El ajuste fiscal del gobierno de Milei es de una magnitud sin precedentes, con una reducción drástica en el gasto de capital que ha afectado a la obra pública y, por ende, a la construcción. Aunque las cuentas fiscales muestran signos de superávit, la inclusión de partidas por intereses y mecanismos contables cuestionan la transparencia de estos resultados. En este contexto, las opciones futuras para el manejo de la deuda son limitadas y potencialmente disruptivas: default, reperfilamiento o emisión monetaria con consecuencias inflacionarias.

Proyecciones 2025-2026: Entre el Estancamiento y la Incertidumbre

El panorama para los próximos años no es alentador. La expectativa de crecimiento global sigue siendo baja, lo que reduce las oportunidades de exportación. Además, los precios de los commodities continuarían en tendencia bajista, limitando la capacidad de generación de divisas. La inversión, clave para cualquier recuperación sostenible, sigue rezagada y no muestra señales de revertir su comportamiento estructuralmente débil.

Balance y Futuro: Una Gestión Polarizada

A 11 meses de su inicio, la administración Milei divide opiniones casi en partes iguales. La estabilidad alcanzada en algunos indicadores contrasta con la profundidad de los desafíos pendientes. La falta de un proceso de recuperación virtuoso y sostenible evidencia los límites de un modelo que, si bien busca correcciones profundas, enfrenta resistencias internas y externas que podrían frenar sus objetivos.

El camino por delante requerirá no solo ajustes económicos, sino también consensos políticos que permitan una implementación efectiva de las reformas estructurales. Sin estos elementos, el riesgo de caer en un nuevo ciclo de ajuste perpetuo y volatilidad macroeconómica seguirá siendo alto, hipotecando las posibilidades de un crecimiento genuino y sostenido.

diciembre 02, 2024

Editorial: Argentina y el Imperativo de un Escenario Internacional Amigable

Argentina enfrenta una encrucijada económica donde las decisiones internas y el contexto internacional se entrelazan para determinar el éxito o el fracaso de su rumbo. Aunque el desempeño económico doméstico es el factor preponderante, el escenario global puede actuar como un catalizador positivo o un detonante de crisis. Para el gobierno de Javier Milei, los próximos años dependerán críticamente de que el entorno internacional sea al menos neutral, si no favorable. Este es un análisis de las claves que condicionan esta dinámica y sus implicancias para el futuro.

1. El Rol del Escenario Internacional: Riesgos y Oportunidades

Un contexto global adverso podría exacerbar los desafíos de estabilidad cambiaria, desinflación y refinanciamiento de la deuda, pilares sobre los que descansa la estrategia económica de Milei. Aunque Argentina ha mostrado señales de recuperación, esta es frágil, desigual y dependiente de factores externos. Por tanto, un escenario favorable en 2025-2026 será esencial no solo para evitar shocks, sino también para consolidar un crecimiento sostenido.

La necesidad de un acuerdo con el FMI resalta este punto. Con vencimientos relativamente bajos en 2025 (USD 3.037 millones), hay margen para negociar sin urgencias extremas. Sin embargo, un entorno global desfavorable podría dilatar acuerdos, dificultando el acceso a mercados y la reducción del Riesgo País, cuyo nivel actual (730-750 puntos básicos) es insostenible para un refinanciamiento efectivo.

2. Refinanciamiento de Deuda: Un Desafío Monumental

Los vencimientos de deuda en dólares suman USD 11.290 millones en 2025, con una carga concentrada en la primera mitad del año. Sin un Riesgo País más bajo, el gobierno enfrentará dificultades para refinanciar estas obligaciones y podría verse obligado a optar por canjes que generen tensiones adicionales. Además, los vencimientos del swap con China (USD 2.851 millones) subrayan la necesidad de relaciones bilaterales estratégicas. Una guerra comercial entre Estados Unidos y China podría poner a Argentina en una posición incómoda, forzándola a elegir entre bloques geopolíticos.

3. Apertura del CEPO y Control de la Inflación

Un acuerdo con el FMI y la consecuente reducción del Riesgo País son esenciales para descomprimir la demanda de dólares y abrir gradualmente el CEPO. Sin embargo, esta estrategia depende de que no haya turbulencias externas que impulsen el tipo de cambio y, por ende, la inflación. Aunque el gobierno aspira a un escenario donde el dólar se debilite y los precios de los commodities se fortalezcan, el panorama actual es sombrío, con monedas emergentes debilitándose y precios bajistas para los principales productos de exportación.

4. Contexto Geopolítico y Riesgos Políticos

La política exterior de Milei, alineada con Israel, la OTAN y Ucrania, podría complicarse en un mundo donde figuras como Donald Trump adoptan posturas opuestas. Este desalineamiento podría limitar el acceso a financiamiento fresco y aumentar las tensiones internas, especialmente en un año electoral como 2025, donde la estabilidad económica será determinante para las chances del oficialismo.

5. Inversión y Gobernabilidad: Una Relación Crítica

El gobierno de Milei enfrenta un desafío histórico: mantener el superávit fiscal y reducir la inflación de manera sostenible durante un horizonte de 4 a 8 años. Sin embargo, la inversión privada, clave para la recuperación económica, ha mostrado un desempeño decepcionante en los primeros meses de su gestión. La falta de inversión en equipo importado y construcción refleja la debilidad de las expectativas del sector privado.

Un contexto internacional desfavorable agravaría esta situación, hundiendo la actividad económica en una recesión más prolongada, como ocurrió tras la crisis del Tequila en 1995 o el colapso de Lehman Brothers en 2008. Por el contrario, un entorno amigable podría fomentar reformas estructurales y mejorar la gobernabilidad, elementos imprescindibles para sostener el modelo económico de Milei.

Conclusión: Un Camino de Largo Plazo

El plan económico de Milei debe evaluarse con una perspectiva de largo plazo. Reducir la inflación a niveles del 3% anual y estabilizar el tipo de cambio son objetivos que requieren constancia y tiempo. Sin embargo, para tener éxito, Argentina necesita un mundo que no complique. La experiencia demuestra que el financiamiento externo no es garantía de solución; más bien, puede convertirse en una fuente de inestabilidad si no está acompañado de políticas sólidas y un entorno global favorable.

El desafío para el gobierno es monumental, y la apuesta por un escenario internacional positivo no solo es estratégica, sino necesaria para evitar el péndulo político y consolidar una economía más estable y equitativa. En definitiva, la sostenibilidad del modelo Milei dependerá tanto de decisiones internas valientes como de vientos internacionales que soplen a favor.

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